Silly girl no more

En las últimas semanas he pensado más a fondo los feminismos y en lo necesarios que son para nuestra sociedad. Sinceramente nunca me he proclamado abiertamente feminista ni he mostrado mi empatía hacia esta ideología más allá de mi comportamiento y las conversaciones que tengo entre mis allegados, o eso creía.
Sin embargo comencé a examinar mi día a día, hice memoria y cuestioné si realmente soy coherente con lo que pienso sobre la equidad y respeto de género, lo que digo acerca de ello y lo que hago. Recordé todas las actitudes y comentarios groseros que extraños, e incluso conocidos, han tenido hacia mi persona por el simple hecho de ser hombres y sentirse con el privilegio de hacerlo. Muchas de estas situaciones las he dejado pasar sin expresar mi inconformidad, sin denotar mi enojo y sin apelar a la equidad que tanto defiendo. Deliberadamente actúo justo como la sociedad se ha encargado de educar a la mujer: enmudezco y permito que el machismo continúe vigente en todas las formas imaginables, generando un interminable círculo vicioso.

Cambiar las construcciones ideológicas fuertemente insertadas en la memoria colectiva realmente no es cosa fácil. 

Comentarios

Entradas populares