México para llevar

Una muy querida amiga viajará pronto al extranjero; irá a conocer a la familia de su novio. Cada vez que me platica que falta un día menos para su partida, el hoyo negro que se ha vivido en su estómago durante el último mes crece un poquito más.

-¿Qué voy a llevarles?- es la frase que le he escuchado decir con más preocupación. Estoy segura que esas palabras, con el paso de los días, también se volvieron alimento de su molesto inquilino estomacal.


Este fin de semana lo resolvió.
Decidió llevar un pedacito de México al corazón del viejo continente. Al igual que hace tantos años, siguiendo la ruta de las indias, regalos americanos volverán a alegrar y sorprender los ojos de quienes sólo han conocido los colores que hay del otro lado del mar.