La realidad no es como la pintan

Tengo la costumbre de revisar diariamente las noticias, nacionales e internacionales, procuro informarme sobre lo que sucede en el mundo y así tratar de comprender el extraño y despiadado presente que nos tocó vivir. Desastres naturales, homicidios, intolerancia religiosa, epidemias, cambio climático, entre otros, son algunos de los titulares de las noticias más trascendentes y virales de la actualidad. Duele ver tanto sufrimiento e inseguridad, injusticia, privación de derechos, esclavitud, malos tratos y asesinatos. Es triste la realidad.

Por otro lado, continuamente me topo con blogs, enlaces y fotografías que muestran un lado utópico de la vida. Personas hermosas en lugares paradisíacos de colores inimaginables, con ropas y accesorios tan exquisitos como exclusivos, compartiendo vidas de ensueño que aseguran que la juventud va de la mano de los viajes exóticos y las aventuras con finales perfectos bajo los colores del atardecer.

Estas vidas perfectas contrastan con la realidad que leo, veo y comparto con las personas que me rodean; tampoco tengo una vida trágica pero si una en la que no camino por el mundo con una cámara y un celular para fotografiar y compartir lo que como, bebo, leo y visto. Prefiero vivir mi vida a publicarla constantemente. Me gusta leer y tener conciencia de lo que pasa a mi alrededor en vez de crear historias fantásticas en mis redes sociales. 
Llámame anticuada pero escogí ver el mundo con mis propios ojos y no a través de la pantalla del monitor.